Leah es solo un juguete. Como prostituta en el club “Diosas Salvajes” no tiene derecho a sentir, únicamente obedecer. Pero todo cambia cuando su jefe decide que esa noche es distinta. No atenderá a sus clientes habituales sino a alguien aterrador: Dominick Garlick Sin, un Devorador de pecados. Y, a pesar del miedo inicial al verle en el reservado, no puede evitar sentirse atraída. Él es diferente, es la personificación del miedo y, a su vez, la de la provocación.
Dominick decide ir una noche más al club “Diosas Salvajes” con uno de los novatos que entrena. Las reglas son claras: nada de sexo. Debe mantener una conversación con una de las chicas y alimentarse de sus pecados.
El destino le tiene preparado un cambio radical a su vida.
Mientras espera que la sesión del novato llegue a su fin, una asustada humana de ojos azules entra en el reservado. Es una más de las chicas y, a su vez, distinta a todas. ¿Qué tiene de especial? Hasta sus propios poderes deciden manifestarse para sentirla cerca.
Además, la vida se complica cuando un malentendido provoca que la vida de Leah corra peligro. Esa misma noche, con una sola mirada, el destino de ambos se selló para siempre.
Son como nosotros, respiran y hablan como los humanos, pero son Devoradores de pecados. Perversos, peligrosos y con ansias de saciarse del lado oscuro de las personas. Miénteles y satisface su hambre.
encontrar la camisa de fuerza adecuada, pobres míos, cuando una tiene la locura romántica, es imposible parara y más cuando se trata de una adicta total. Dejemos que crean que tengo remedio, mientras tanto, ays, hablemos de los que nos gusta.
El día de hoy os traigo el inicio de una serie paranormal, que hay que ver que inicio. Lighling Tucker, una de nuestras autoras consentidas en el blog, nuevamente ha creado una obra oscura, romántica, que apunta maneras y que ya con su consejo: NO TE ENAMORES DEL DEVORADOR, nos muestra un poco lo que son los DEVORADORES DE PECADOS.
Ya sabéis que a mi me chifla todo lo que tiene que ver con el mundo paranormal, si además metemos un argumento claro y bien llevado, me mata. En este caso, advierto que lo tenemos muy duro, lo que hará que en algunos
momentos tengamos el nudo en la garganta, pero de esto vamos a hablar ahora mismo.
Y es que es menester hablar de nuestra protagonista: Ella se llama Leah, es una chica con un corazón muy puro, todo en ella es armonía de no ser por el horrible presente que está viviendo. Ella es víctima de una realidad que sucede cada día a muchas mujeres. Es un personaje guerrero aunque a veces, también tengo que decir es un poco imprudente y aunque me sacó de mis casillas, admito que dentro de todo es imposible no tomarle cariño.


Lighling Tucker, me encanta cuando crea obras tan dispares entre sí. Disfruto de ella en su comedia, como la he odiado y amado a partes iguales en esta obra, donde me ha puesto a sufrir, me ha hecho enamorarme y caer rendida una vez más con su pluma. Ansiando leer el siguiente. ¡Feliz lectura!