Muy buenas noches, Loc@s del Romance. Ya ha llegado el momento de una de nuestras secciones esperadas, de esas que nos encanta disfrutar porque nos tomamos un café, mientras nuestra invitada se hace presente y nos comparte un poco de tiempo, de sus experiencias… en fin de ella misma.
Esta vez, nuestra invitada se ha dado a conocer por tener personajes femeninos decididos, que
pisan fuerte y si a eso le añadimos su característico humor, tenemos una pluma explosiva. García de Saura, se bienvenida a este espacio de locura romántica, espero que no te asuste la camisa de fuerza que tengo y que omitas las indicaciones de los celadores, aún se creen que pueden quitarme la locura…¡inocentes!
Si alguna de nuestras preguntas te incomoda, siéntete libre de pasarla por alto y disculparnos.
Aclarados estos puntos y agradeciéndote tu presencia en este pequeño rincón nuestro del ciberespacio, comenzamos (con tu permiso) la entrevista.
LR. García de Saura, antes de comenzar directamente friéndote a preguntas sobre tu obra, cuéntanos algo más sobre ti. Para aquellas que no te conozcan. ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿De dónde eres? ¿Cómo surgió la idea de tus pseudónimos? ¿Tienen algún significado especial?
-Mi nombre es Carmen María, aunque todo el mundo me llama Carmen.
-Soy de Murcia, una preciosa región al sureste de España, la que os invito a conocer.
-El seudónimo surgió hace unos quince años. Por aquel entonces pintaba, y pese a que al principio comencé firmando mis obras con mis iniciales, pronto decidí cambiarlas por García de Saura.
-Lo cierto es que sí lo tiene. Verás, el segundo apellido de mi madre es Saura. Es un apellido ligado a la rama artística, aunque destinado a desaparecer por la condición de descendencia. Era el apellido de mi abuela, a la que quería con locura y echo mucho de menos. Así que, un día, le prometí a mi madre que haría todo lo que estuviera en mi mano para que perdurara, y ahí fue cuando adopté el seudónimo, conjugando su apellido y el mío.
L.R. Respecto a tus gustos personales, imaginamos que a través de los libros y de determinados personajes, en muchas ocasiones podemos ver a la mujer que se oculta tras el pseudónimo y su obra. Pero así entre nosotras, ¿cuál es tu color favorito? ¿Sueles inspirarte con algún tipo de música específica? ¿Se podría decir que hay algún grupo concreto o solista que de alguna forma haya influido o interferido con tu espíritu creador?
-Mi color favorito por excelencia es el blanco. Es símbolo de la pureza y me aporta tranquilidad.
-Sí. De hecho, suelo escribir con música.

L.R. ¿Cómo te describirías a ti misma? ¿Qué tres virtudes y qué tres defectos crees que te definen?
-Me cuesta siempre contestar a esta pregunta; encontrar un equilibrio entre la objetividad y la subjetividad no es fácil. Pero si tuviera que resumirme en pocas palabras diría que soy sincera, alegre, generosa, con genio, aunque sin maldad, y muy intolerante con la mentira.
-Pues depende de cómo se mire. A veces una virtud se convierte en defecto y al revés (me río, aunque no me veas).
L.R. Una de las cosas que siempre nos ha llamado la atención de los escritores y que nos pica la curiosidad (admitámoslo, somos cotillas al máximo), es conocer la formación que poseen los autores que tanto nos enamoran. ¿Podrías contarnos algo sobre esto? ¿Qué estudiaste? ¿Dónde te formaste? ¿Has hecho cursos específicos para escritores o todo es talento natural y trabajo?
-Como alma inquieta que soy, estudié letras puras en Bachiller y COU. Entré en la Universidad para estudiar Derecho, pero me salió «torcido», así que me gradué posteriormente en Técnico Administrativo, de lo que he ejercido durante años.
-Como en el caso de la pintura y de unas cuantas cosas más, soy autodidacta. Supongo que he heredado de mi madre el estar siempre aprendiendo, haciendo cursos, etcétera. He leído siempre mucho, y en la rama de letras puras aprendí mucho sobre la literatura y sus grandes maestros.

-Mis amigas me llaman esponja porque siempre estoy a la «caza» de las cosas que comentamos. La idea para una novela puede surgir en cualquier momento y/o de la persona o escena que menos imagines. Tengo una libreta donde anoto todas esas ideas, que posteriormente voy dando forma, según me vaya surgiendo. Por cierto, gracias por lo de «joya», ¡qué honor!
-Necesito siempre tener la historia muy clara en la cabeza. Personajes, trama, giros. Y solo cuando me atrae y siento un hormigueo en el estómago de la emoción, me pongo a escribirla. Suelo hacer primero la escaleta a mano, y después la desarrollo en el ordenador.
L.R. Trasladémonos ahora a un día en la vida de García de Saura ¿Cómo es? ¿A qué hora del día sueles ponerte escribir? ¿Cuántas horas de duro trabajo supone un día cualquiera? ¿Dedicas todo ese tiempo a escribir o sueles alternarlo con investigación y algún otro asunto? ¿Qué elementos de tu vida, de tu alrededor (tangibles o no), suelen servirte de inspiración o cortarla de raíz?
-Un día normal y corriente como el de cualquier persona, aunque con la gran suerte de trabajar en casa.
-Me gusta madrugar. Lo de trasnochar solo lo hago en contadas ocasiones. Suelo levantarme sobre las siete de la mañana, y a las ocho ya estoy delante del ordenador para saludar a mis Gamberras en Facebook. Miro el resto de redes sociales, y una vez supervisado todo me pongo en marcha.

-Necesito silencio a mi alrededor, solo me concentro con la música. En esto reconozco que soy un pelín delicada (por no decir mucho).
L. R. Viajemos al pasado por un momento, a esa primera vez (que tú recuerdes) con un libro entre tus manos. ¿Qué edad tenías, qué libro era y de qué forma te marcó? ¿Recuerdas quién te lo dio? ¿A quién echarías la culpa de tu afición a la lectura y la escritura?
-En casa siempre hemos tenido muchos libros. Lo primero que leí fueron cuentos infantiles, aunque si he de quedarme con el primer libro que recuerdo y que me marcó, pues a día de hoy sigue siendo mi favorito, fue Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach. Tenía catorce años. Lo leí tantas veces que acabé casi destrozándolo. La Navidad pasada le compré uno a mi hijo, así que imagínate si me gusta. Creo que es un libro que no debería faltar en ningún hogar.
-Sin duda lo he heredado de mi madre. Ella siempre ha sido una lectora empedernida, y sigue siéndolo a día de hoy.
L.R. Como románticas empedernidas que somos, hay ciertas preguntas que no podemos evitar y esta es una de ellas: ¿Cómo es para ti el hombre ideal? ¿De qué forma esperarías que te conquistaran? ¿Eres una mujer que disfrute de flores y bombones o prefieres algo menos convencional? ¿Alguna película/libros favoritos (léase: Disney, cuentos de hadas, ¿ranas que se transforman...) que hayan influido en tu forma de ver el amor y en lo que esperas de él? Y lo más importante de todo... ¿Lo has encontrado ya? ¿Tiene hermanos? (jajajaja)
-Si tuviera que resumir en una palabra el hombre perfecto para mí, sería Juanjo, el personaje principal de Mis poderes y tus polvos mágicos. Es un hombre, además de guapo y tremendamente atractivo, leal, honesto, inteligente y con un corazón que no le cabe en el pecho.

-Reconozco que antes era más romántica en el aspecto de príncipes y princesas. Debe ser la edad o la vida, yo qué sé, pero ahora no necesito que lleve corona, sino que tenga cualidades para merecérsela. Sin contar a mi perro, que es el verdadero rey de mi casa, sí, tengo mi propio reino, con mi hijo y mi marido. Por cierto, sí tiene un hermano, pero está «pillado», ja, ja, ja.
L.R. Imaginamos que, como escritora de romance, en primer lugar y antes de decantarte por este género, fuiste ávida lectora de autoras ya consagradas. Dinos ¿alguna autora o libro te marcó de forma especial, haciéndote decidir escribir novela romántica y no novela negra, fantástica o histórica (o cualquier otro género)? ¿Qué libro es para ti, a día de hoy, tu principal referente (ese que no puedes parar de leer)? ¿Hay algún género literario en especial que seas incapaz de leer o rechaces de antemano? ¿Y en novela romántica, algún subgénero que digas "esto no es para mí"?
-La primera autora de romántica que leí fue Danielle Steel. Me enganchó tanto, que durante una buena temporada mi marido me traía un libro a casa. He perdido la cuenta de la cantidad de novelas suyas que tengo.
-Exceptuando el libro que os he comentado antes, no tengo ningún otro que sea un referente. Sí es cierto que tengo novelas que adoro y que no regalaría por nada del mundo. (Me viene a la mente Gollum y su frase mítica, ja, ja, ja).
-No hay, que yo sepa, ningún género al que rechace. Más bien creo que se trata de la trama o la pluma que lo haya escrito. Aquí he de confesar que los libros pesados y soporíferos no me van nada. Por el contrario, si la historia es buena y me engancha, sea del género o subgénero que sea, lo leería y recomendaría igualmente.

L. R. Antes de decidir publicar tu primer "libro de verdad"¿hay algún secreto oscuro en el pasado de García de Saura ¿Escribiste algún artículo para alguna revista, alguna redacción ganadora en el colegio, un cuento... cualquier cosa? ¿Nos hablarías un poco de ello?
-Pues mira sí. Fue con trece años. Le escribí una redacción a unos compañeros de curso. Empezaron a salir ese trimestre, eran la pareja de la clase, y me nació escribir su historia, que posteriormente les regalé. La verdad es que les gustó mucho a ambos. Fíjate, ha pasado tanto tiempo que ya ni me acordaba.
L. R. ¿Cuál fue tu primera novela y cómo surgió la idea? ¿Cuánto tardaste en terminarla? ¿Qué personaje resultó más irreverente y te dio más dolores de cabeza? ¿Cuál es tu escena preferida? ¿Recuerdas el momento en que la escribiste o fue producto de un intervalo de "éxtasis de escritor"? ¿En qué momento decides compartir esta con el mundo?
-Mi primera novela la comencé hace unos once años. Aún la tengo a medio, y espero sacarla para el 2019. Es de intriga, con una preciosa historia de amor y un importante mensaje que, espero, llegue a mucha gente.
-Dolores de cabeza me dan todos (es broma). Me quedaría con Vic, de la Saga Houston. No puedo con él, uf.
-Aquí sí que me lo pones difícil. Voy a escoger la que todo el mundo recuerda: la rotonda de Lo que el alcohol ha unido que no lo separe la resaca. Aunque destacaría el momento del barco cuando está a la deriva o el baile de Paula y Juanjo en la fiesta de beneficios en Mis poderes y tus polvos mágicos.
-Perfectamente. Son momentos que me han marcado. La escena de la rotonda está basada en dos hechos reales, no voy a decir de quiénes, ja, ja, ja. Las otras dos, partieron de dos canciones especiales para mí.
-No solo he compartido estas escenas, mis novelas están repletas de anécdotas reales, aunque, por supuesto, nunca digo de dónde proceden ni sus protagonistas, je, je, je.
L. R. Dentro de tu obra, creemos que merece mención especial una novela corta que has escrito a cuatro manos con Alissa Brontë. ¿De qué forma surgió la idea? ¿Cómo fue trabajar a cuatro manos?

-Fue muy divertido. Se nos ocurrió que cada una hiciera de un personaje. Aún me sorprende lo bien que nos lo montamos. Cada una escribía un capítulo, hasta llegar a los diálogos. Ahí nos escribíamos por Messenger. Aquello fue un festín de carcajadas, sobre todo cuando mezclábamos a nuestros personajes con nuestras conversaciones.
L. R. No podemos (ni queremos) olvidarnos de una de las mejores series que se han escrito muy interesante), Houston tenemos un problema, sabemos que acaba de salir la tercera y que cada uno es independiente del otro. Pero… Cuéntanos, como surgió en sus orígenes la idea de esta serie. ¿Cómo nacen estos títulos tan maravillosos y esos hombres?¿De dónde sacas tus ideas para esas escenas de alto contenido erótico? ¿Te resulta difícil escribirlas?
-Gracias por el piropo. Esta saga es importante para mí, sobre todo porque la protagoniza gente a la que quiero con locura y que conozco hace más de treinta años. La idea surgió de un sueño. Así, como te lo digo. Las musas me visitaron y me dijeron cuatro palabras, tal cual. A la mañana siguiente plasmé la idea en mi libreta, y en unos meses ya estaba escrita la primera parte de la saga. Podría decir que en estas tres novelas me atreví a hacer una mezcla que llevaba tiempo queriendo hacer, y lo cierto es que el resultado ha merecido la pena.
-El tema de los títulos creo que es algo que viene de serie, ja, ja, ja. Mucha gente me ha comentado que no son títulos al uso y que no son habituales en romántica, o al menos no de un tiempo para acá. En el caso de la Saga, no lo dudé un instante, salieron enseguida. En cuanto a los hombres, ¿qué os voy a contar que no sepáis? ¡Viva el cuerpo! Ja, ja, ja.
-Si he de ser sincera, las escenas eróticas no es lo que más destacaría de la saga. No digo que no hayan, pero prefiero quedarme con los personajes, la trama y las misiones de las protagonistas o los romances que cada una de ellas vive en su parte correspondiente.
-En el caso de la Saga, confieso que apenas me han costado. Inspirarme en gente que conozco desde hace tanto tiempo ayuda bastante.
L. R. Llegamos a tu libro estrella, MIS PODERES Y TUS POLVOS MÁGICOS, con el que me has enamorado, creando un personaje que sale del estereotipo femenino, conquistando con su inteligencia y astucia. ¿Cómo surge esta mujerona? Destacable es el peso que hay en cada personaje femenino ya sea protagonista, villana o secundaría ¿Nos cuentas un poco como se crearon?
-Gracias nuevamente por el piropo. La idea surgió de mi madre. Un día me llamó y me comentó: he tenido esta idea, por si la quieres tener en cuenta. Me gustó tanto, que el título salió solo, a la primera. Llamé a mi editora, se lo comenté, y le gustó tanto, que me animó a ponerme con ella.
-Mis personajes femeninos son similares en ese aspecto. Son mujeres fuertes, independientes y con un corazón de oro. Aunque en el caso de Paula destaco aún más estas cualidades. He de confesar que siempre había querido hacer un personaje como ella. Paula tiene mucho de mí, y yo de ella.
-La villana, antagonista o malvada secundaria está inspirado en esas personas que, por suerte o desgracia, alguna vez se ha cruzado en nuestro camino. No tiene cara concreta, pero sí rasgos característicos de personas con una maldad innata.
L. R. Háblanos de tu nueva obra HUYAMOS AHORA QUE PODEMOS, esta sale en forma independiente y autopublicada.
-Esta novela surgió de otra conversación de WhatsApp. En serio, tengo que hacérmelo mirar, ja, ja, ja. Un día, Ana Forner se metía conmigo por los nombres que ponía a mis protagonistas, a lo que le respondí que era lo de menos, pues lo importante era la forma de ser del personaje. De guasa me contestó: «Sí, claro, como si diera igual que se llamase Filomeno». No solo le rebatí y le dije que era posible, sino que acepté una apuesta. Iris T. Hernández se le sumó y me retó a ponerle a otro personaje el nombre de Ataúlfo. Ambas estaban y están convencidas de que con esos nombres es imposible que las lectoras logren empatizar o enamorarse de ellos. Pero ahí estaba yo, toda segura de mí misma aceptando la apuesta. En mi defensa diré que estaba cocinando y que me aventuré sin pensármelo mucho. A día de hoy la tontería ha cogido forma y muy pronto verá la luz. Os adelantaré que es una historia para troncharse de risa. Y que, pese a que ellas no tienen fe en que pueda conseguirlo, confío en ganar la apuesta y en que guste. Por supuesto, las protagonistas son ellas, faltaría más. ¡Eso por retarme! (Me parto).
L. R. ¿Sueles poner cara a tus personajes? ¿Actores o personas con las que te cruzas un día, que conoces... o todo nace de tu imaginación? ¿Cómo y de dónde salen estos hombres y mujeres que nos atrapan con sus vidas?
-Pues mira, antes solía hacerlo, pero de un tiempo a esta parte decidí crearlos yo. Contra gustos
no hay nada escrito y cada persona tiene los suyos propios. En mi grupo de Facebook lo hablé con mis chicas hace unos meses, y todas estuvieron de acuerdo. La magia de la literatura ha sido siempre esa, la de recrear, imaginar o soñar con un personaje que el escritor nos describe. Como lectora que soy o espectadora, me ha pasado de no ver una película por el hecho de que el actor no me cayese bien o no me gustase. Eso es precisamente lo que no quiero que ocurra con mis novelas. Tal vez esté equivocada, pero confío en mis lectoras y en su criterio de que no necesitan la cara de un actor o modelo para dejarse llevar, sentir o disfrutar de una novela. L. R. Y ya para terminar te dejamos un espacio para que escribas unas líneas a nuestr@s lector@s.
-¿Qué os voy a decir que no sepáis? Como ya dije una vez, todos formamos parte de un equipo, y sin vosotros, los lectores, los autores no seríamos nada. Una de las mejores cosas de este trabajo es tener la oportunidad de conocer a gente maravillosa, como es mi caso. He conocido mujeres encantadoras, con un corazón de oro, que me han acogido con los brazos abiertos. Yo solo puedo daros las gracias por estar ahí, por acompañarme en esta aventura, y por darme la oportunidad de entrar en vuestras vidas en forma de palabras.
Hasta aquí nuestras preguntas, García de Saura. Te agradecemos muchísimo el tiempo que has dedicado a contestarnos, sabemos que eres una persona muy ocupada y esperamos (y deseamos con todas nuestras fuerzas) que todo el trabajo que tienes entre manos, te reporte el mayor éxito del mundo.
Un abrazo de parte de Locas del Romance y ¡Hasta pronto!
-Otro para Locas del Romance. Y muchas gracias por esta oportunidad que me habéis brindado. Da gusto conocer a gente que ame este trabajo y se vuelque tanto en ello, y más si lo hacen con el cariño con el que lo hacéis. ¡Hasta pronto!