Cuando el guapo y millonario jefe de Raquel, con el que además se acuesta, le pide que vaya a un pequeño pueblo de Alemania con la misión de abrir un nuevo hotel, ella no puede negarse.
Pronto se dará cuenta de que aquello no se parece en nada a su amada Barcelona. No le quedará más remedio que aprender a lidiar con animales de granja, lugareños de lo más pintorescos y el insufrible encargado de las obras, dispuesto a sacarla de quicio a la mínima ocasión.
Los tacones de Raquel no están hechos para pasearse por el culo del mundo, pero esta chica con carácter y sin pelos en la lengua no se rinde jamás. Le espera una experiencia que pondrá a prueba su fortaleza, pero que la ayudará a encontrarse a sí misma. Porque a veces es necesario llenarte de mierda para conseguir lo que quieres.
Una cosa debo decir, antes de saludaros, y es la siguiente. Soy una pobre e inocente alma que sucumbe al pecado, no por ser débil, que lo soy, sino porque cuando una cae en las redes de lectoras voraces que saben llevarme al huerto, pues una cae, sabiendo de antemano que el pecado en el que verán involucradas, será un éxtasis literario. Y es así como Alhana del blog Tiempo Libro me ha llevo una vez más al huerto, en resumidas cuentas. Porque de algo estoy segura, que las propuestas que me trae para hacerme caer, me gustan y rechiflan, una que es débil y buena gente. En este caso es la #LCTACONESYZAPATILLAS.
Y es que el día de hoy os traigo una comedia contemporánea con un humor bien llevado que tiene a una mujer de armas tomar, un hombre que ays... y a la mejor psiquiatra, la vaca Matilda. Para mi, esta obra ha significado el descubrimiento de una pluma que voy a tener en mi ojo de mira: Lorena Pacheco y vamos a comenzar una serie de tomos independientes, comenzando con el primero que ya con el título promete horas de disfrute. MIERDA EN MIS TACONES.
Lo primero que debo decir es que vamos a tener a una protagonista que al inicio nos puede parecer odiosa. Es engreída, mira por encima del hombro, y aunque se ha ganado a pulso su puesto en la empresa, no deja de ser una mujer pija, snob y que de verdad nos puede sacar el mal humor con los pensamientos clasistas que va de inicio presentando. Pero, no nos equivoquemos, esta obra es una clara muestra de evolución y una prueba de paciencia además de lección de humildad para nuestra chica. Para mi, Raquel que al inicio pasa de ser un personaje irritante y sin perder su personalidad, logra ganarse al lector conforme vamos avanzando en su historia, no solo vemos a esa egocéntrica montada en altos tacones, logramos ver a una mujer creativa, luchadora, que no se rinde por más difícil que todo se ponga, por más piedras o mierda de vaca se ponga en su camino, es en esencia una guerrera montada en tacones capaz de aceptar los cambios, así que de ganarse a quien conoce su historia.
Burk, ese bruto maestro de obras, es... es... soy muy del equipo Burk. Desde que aparece en escena no para de mostrar su ironía y su modo de ver el mundo. Conocer el grado de amor que tiene por los suyos y lo que puede ser capaz de renunciar un ejemplo del hombre honorable que puede llegar a ser. Con un ácido humor, emprende una guerra de voluntades, pero también es capaz de mostrar respeto ante la mujer sin sentir que se rebaja por ello. Me encanta su forma de ser, es bruto y a la vez es delicado, tierno, sin miedo a sentir o de luchar, incluso sin miedo a perder, pero en cambio, capaz de hablar con el corazón, en fin, este hombre conquista.
La obra ya comienza fuerte, una misión que parece muy fácil pero que pondrá a prueba la paciencia y la temple de nuestra protagonista, además de algunas cosas que tenía en la cabeza y que con el tiempo van demostrando lo equivocada que podría estar. Si a eso le añadimos una compañera en su misión que le muestra otro punto de vista, pues esta chica es un cielo, un grupo de obreros peculiares, un chef metomentodo y una guerra de voluntades, tenemos elementos perfectos para poder disfrutar de una obra con muchos ingredientes y una vaca, para poder disfrutar de una buena tarde de humor y de un romance que se cuece a fuego lento entre salchichas y cerveza alemana, mientras nos olvidamos que hay MIERDA EN MIS TACONES y suspiramos ante una caída de dos corazones que se encuentran (por cierto adoré cierto puñetazo en la nariz).
Lorena Pacheco, es una autora que ya había escuchado y tenido recomendaciones en más de una ocasión y lo cierto, es que no tengo ni idea de porqué no hice caso anteriormente, lo cierto es que me alegra de haber descubierto una pluma ágil, sencilla y sobre todo, con sentido del humor sin caer en chistes fáciles, me queda claro que tengo que continuar leyendo a esta mujer ¡Feliz lectura!