Hay series de las cuales estás esperando las continuaciones como agua de mayo. Sus autoras lo saben y nos hacen perder las años por el ansia al esperar ese número que
necesitamos para vivir.. y cuando llega.... cuando llega es que todo nos quema ¿verdad?
Resulta que Lucia Herrero por fin se condolió de nosotras sus víctimas lectoras y por fin sale a la luz el tercer número de la serie Crónicas de Gaia, de género de fantasía adulta obviamente romántico cuyo título es SEÑOR DEL VIENTO. Narrado en tercera persona yo solo te puedo pedir que te adentres conmigo, porque hay mucho que hablar.
Lo primero que quiero hablarte de Marcus. Este personaje para las que seguimos la serie, es que nos ha acompañado en los otros números. Ese hijo y hermano protector, descarado y encantador que muchas veces es portador de la voz de la razón. Si, este hombre me ha tenido cautivada desde el primer libro. Y sí, es alguien que conquista, porque tiende a escuchar a ver más allá casi siempre. Admito que esta vez tuvo dos cosas, pero
sobre todo una que me pusieron nerviosa y causaron mi indignación en cuanto a ciertas cosas que casi me metía en el libro para darle dos collejas. Aún así, sigue siendo un hombre que en lo personal me sigue conquistando, después de todo nadie es perfecto.
Mi problema es Shawnee, y te voy a contar la razón. Mirad que entiendo por lo que ha pasado, que inicialmente sentí una brutal empatía por su dolor y en cuanto a eso la tiene entera, pero no puedo con ella. Por una parte tiene unos prontos injustos, tiende a ser más malcriada que otra cosa y por otro, toma decisiones que no comprendo se mantiene en ellas por cabezonería a pesar de saber que está errada sin ver más allá. Ojo que hay que entenderla para partir de cierta base, pero también, se que no me siento paciente en cuanto a este tipo de personas ni en literatura ni en persona... ya no soy tolerante.
El elenco me sigue apasionando, es algo que me encanta. Por un lado vamos a ver a todos los personajes que ya conocíamos, es que yo disfruto mucho de toda esta familia real, con sus pinchamientos y ese gran cariño que se tienen. Por otro vamos a conocer un poco más a la familia paterna de Marcus, que por ahí hay cierta mujer que de una colleja
la mandaba a pasar terribles sufrimientos por una temporada, pero, admito que mi cabecita se giró ante cierto primo.... me le quedaré cuidando jejeje.
Del argumento diré que este es "la paz antes de la tormenta". Me voy explicando. Los reinos y clanes están unidos, pero los peligros contra los helios siguen ahí. La cuestión es que este libro no trata tanto sobre eso, como los otros dos, aunque si nos ponen al día de como van siendo las cosas, en este caso la pareja y su cortejo son de las cosas que nos ocupa. Un encuentro inesperado. Ella rota, el protector. Ella luchando por volver a ser, él paciente ofreciendo lo que tenga. Aunque también hay ciertos momentos de política que van a ser importantes, considero que la primicia es esta.
Y aquí es donde en parte tengo sentimientos encontrados, porque: Hay ciertas cosas que
me indignaron profundamente (pobre Lucia Herrero que le toco aguantar mis quejas). Aunque comprendo más a Marcus, en ese sentido son cosas de apegos, la cuestión es que yo soy muy cabezona e idealizo mucho, con todo y ello, insisto el me encanta. La cuestión es que sentí que Shawnee se me iba de las manos entre su trauma y un drama que se montaba sola junto a su cabezonería, hacía que es que lo que comencé a disfrutar, me hiciera poner los ojos en blanco y quisiera que saliera de escena porque todo lo demás me tenía más interesada, ya que el último treinta por cierto nos viene una antesala de algo que se nos prepara seguramente en el siguiente libro.... y aquí está mi última queja.... Si, si, hoy me quejo amargamente ¡Por que no se me puede dejar de esta manera con este final! ¿Os parece justo que me quede sin uñas? Porque es que a esto se le llama maltrato de autor hacia sus más amantes fieles lectores. ¿Cómo me deja así? ¿Tengo que esperar por el siguiente número? Es que yo me voy afuera de su casa y de ahí no me muevo, os lo juro.
Y es que Lucia Herrero no toma en cuenta que aunque me indigne con cierto personaje, su serie es adictiva, que tiene una mente malévola que hace que una, pobrecita ella, tenga necesidades. ¡Feliz lectura!